"Para proteger, primero hay que conocer"
Entrevista a Jürgen Rottmann, presidente de la UNORCH, aparecida en la Revista del Domingo del diario El Mercurio de Santiago de Chile, el día 20 de Marzo de 1999.
Texto de Sergio Paz

A Vuelo de Pájaro

Jürgen Rottmann es el presidente de la Unión de Ornitólogos de Chile (UNORCH). Dos juicios que buscan defender aves que serían víctimas de grandes proyectos industriales llevan su firma. Rottmann lleva años luchando para conservar a los animales de nuestro país, ya sea publicando libros o en diferentes programas de televisión, el último de ellos "Super Salvaje". Es que para Jürgen Rottmann más vale pájaro en mano. Claro que sí.

        Jürgen Rottmann es como un científico loco. Viste camisa y pantalón caqui, y para lograr una entrevista con él es preciso interceptarlo en algunas de sus esporádicas visitas a Santiago, hasta donde llega desde su parcela que tiene en Talagante, donde no sólo está su casa sino que además un formidable hospital de pájaros.
Un día en que Rottmann ha viajado a la capital para afinar los detalles de la publicación de una serie con láminas ilustradas de la fauna de América - que próximamente publicará editorial Ilaia -, se detiene en la heladería Sebastián de Providencia. Ahí se lanza a hablar con una elocuencia que envidiaría hasta el profesor Rossa.

¿Cuál es el pájaro más dificil de ver en Chile?
        Hay uno que se vió por última vez en 1956, y que desde entonces no se ha visto más.

Se echó a volar...
        Sí. Se trata del pidén austral, el cual se supone extinguido aunque no se sabe exactamente por qué. Parece que el ambiente en que vivía, pastizales altos y húmedos, fue deteriorado por los vacunos y ovejas.

¿Hay muchas especies extiguidas en nuestro país?
        Quinientos años atrás había como tres millones de guanacos y hoy sólo hay treinta mil. Han disminuido a un uno por ciento de lo que había antes, y ahora el guanaco está condenado a vivir en confines como la alta cordillera, mientras que antes había en toda la zona central. Pero el hecho de que disminuyan obliga a uno a preguntarse: ¿es cambio o extinción?

¿O sea que el pidén austral no sería la única especie extinguida?
        Hay muchos insectos extinguidos, y en Magallanes existían unos pequeños roedores que desaparecieron. Se cree que eso ocurrió porque las patas de las ovejas los aplastaban. Pero en cuanto a aves, yo diría que sólo el pidén austral. La otra especie que desapareció es el Zarapito boreal, pues ya van más de cincuenta años que nadie ha visto ninguno, aunque hace unos días surgió la noticia que un extranjero habría visto uno cerca de Punta Arenas. Eso lo estamos investigando.

¿Qué es un zarapito boreal?
        Es un pájaro de patas larga que ya no existe, y que sólo expertos serían capaz de reconocer. El zarapito boreal es un ave migratoria que llegaba todos los veranos a Chile desde Canadá.

¿Cuál es el pájaro más valioso para los ornitólogos?
        Ese ranking como que no existe, aunque hay especies muy especiales. Una de ellas es el Picaflor de Juan Fernández, una especie endémica que vive exclusivamente en una de las tres islas del archipiélago.

¿Cómo alguien se hace ornitólogo?¿Hay que ir a la facultad de ornitología?
        No en Chile. Acá nunca he visto que en algún diploma aparezca la palabra ornitólogo. Por eso acá habría que estudiar licenciatura en biología o pedagogía, o bien veterinaria, agronomía o ingeniería forestal, y despué perfeccionarse haciendo magisters o doctorados en el extranjero. En mi caso - yo no soy ornitólogo -, estudié medicina veterinaria y como el trabajo que más me interesaba era la protección de la naturaleza, entonces estudié ornitología. Trabajé 15 años en el Ministerio de Agricultura, los últimos años siempre en Conaf, en el departamento que tiene que ver con los parques nacionales ya que me interesaba la conservación. Pero para proteger, primero hay que conocer.

¿Y tuviste que viajar mucho para conocer todo lo que querías conocer?
        Sí. Cuando trabajé en Conaf me tocaba viajar constantemente, visitar todas las regiones de Chile. Despué trabajé varios años asesorando a Sergio Nuño en "La Tierra en que Vivimos", y con él hice viajes a través de todo el país y también al extranjero.

De tus trabajos con Nuño, ¿cuáles fueron los que más te gustaron?
        Todo lo que hicimos para los primeros cuatro capítulos. ¿Por qué?, porque nadie creía que se pudiera hacer algo de la naturaleza de Chile, y además que eso fuera a gustar e incluso a tener un alto rating. En esos años fue absolutamente novedoso, pues hoy la gente conoce mucho más de fauna.

En el programa "Super Salvaje" eres el guía que muestra a Karen Doggenweiler algunas rarezas de la fauna chilena. ¿Qué pasa?¿Ahora los animales están de moda?
        En este momento se podría decir que están de moda. Y en verdad estoy muy preocupado porque las modas pasan. En realidad no sé si esto es un repunte en lo que tiene que ver con la fauna o es más bien su final. Aunque hay algunos datos. Por ejemplo, el SAG, que es el encargado de la protección de la fauna en nuestro país, recién hizo un curso para tener inspectores de caza ad-honorem y se presentaron más de cien candidatos, lo cual demustra que hay un gran interés en ser algo así como policias de nuestra fauna. El otro dato interesante es qie hay preocupación sobre la fauna en predios y parques particulares. Dueños de fundo, muchas empresas forestales y, lo más increible, muchas empresas mineras, hoy se preocupan de proteger la fauna que les queda cercana.

Tú tenías en los años ochenta una columna en esta revista. ¿De qué se trataba?
        En la Revista del Domingo salió durante casi cinco años la columna ":Cosas que mirar". Yo hacía los textos, y junto a ellos se publicaban las fotografías de Thomas Daskam. Para realizar la columna me tocaron varios viajes. Una vez, por ejemplo, salió un artículo en el que se describía la dificultad que tuvo Daskam para fotografiar al pájaro Carpintero negro de Magallanes, en el Parque Torres del Paine. En esa ocasión Thomas Daskam descubrió un nido a una cierta altura y tuvo que armar una tarima en el árbol de enfrente, en la que esperó durante días hasta lograr su objetivo.

En una edición reciente, "National Geographic" destina el artículo de portada a las amenazas de la biodiversidad en los diversos ecosistemas del mundo. ¿De qué modo está protegida la biodiversidad en Chile?
        A ver, en primer lugar, para conservar la biodiversidad hay que conservar especies que aún no se han descubierto. En Chile hay muchas especies que nadie nunca ha descrito, dibujado o fotografiado, y que también hay que conservar. En relación a aves, por ejemplo, hace más de treinta años que no se descubre una nueva especie. El punto es que el desafío de la biodiversidad es conservar todas las especies, incluso las desconocidas. Y la única forma de lograrlo es tener áreas protegidas, pues en el momento en que un bosque lo transformas en un trigal eliminas toda la fauna que allí vivía. Para conservar todo necesitamos una cadena de muestras de bosque de las distintas zonas y tipos. También de muchas lagunas y algunas playas, lo que va a ser muy dificil. Hay un reciente estudio hecho por un socio nuestro que observó cuarenta y ocho huevos de pilpilenes en Algarrobo. De todos ellos, cuarenta y siete fueron reventados por las motos de arena. En Chile tendremos la biodiversidad asegurada sólo cuando tengamos lo que se conoce como "Sistemas de Areas Silvestres Protegidas".

Pero en este país hay más parques nacionales que poetas ¿no?
        Existen, pero hay varias zonas en blanco. Por ejemplo, no hay dunas costeras protegidas. En el caso de Fray Jorge, que llega hasta el mar, hay acantilados y rocas protegidas, pero no arenales. Aunque en realidad sí algunos, aunque de todos modos entran motos y destruyen la vida silvestre. Por otra parte, también hay zonas sobrerepresentadas. Por ejemplo, los campos de hielos, que casi no tienen especies, y que en un alto porcentaje están en parque nacionales. Además hay ambientes que casi no existen como parques, mientras que en otros hay millones de hectáreas idénticas entre sí. En contraste, un ambiente protegido es el de los bosques de quillalles en la zona central, pero no son más de cien o doscientas hectáreas. Hay que considerar que un puma necesita diez mil hectáreas para vivir, y un parque como Fray Jorge sólo tiene nueve mil. O sea que allá alcanza para no más de uno.

Es lógico pensar que a todo el mundo le importa un rábano (poco) conservar tal o cual especie, si más encima nadie nunca la ha visto.
        Bueno, por algo nadie hace ningún esfuerzo. Actualmente no hay ningún estudio que trate de buscar nuevas especies. No se está gastando un peso en eso.

Pero insisto, ¿qué sentido tiene preocuparse de bichos que uno no ve ni en televisión?
        Lo principal es que de la mayoría de las especies no sabemos lo que hacen y tampoco lo que no hacen. Por ejemplo, tenemos más o menos claro que el copihue (flor nacional de Chile), desaparecería si no existiese cierta fauna, ya que la flor del copihue tiene que ser polinizada por alguna especie grande y que vuele bien. De hecho, gracias al picaflor el copihue da semilla, y luego esa semilla tiene que ser consumida por un zorzal o tordo, los cuales dispersan la semilla por el bosque. ¿Y eso a mi que me importa?

Nada
        Hace un tiempo en Nueva Zelandia, el pasto de un territorio de pronto ya no quería crecer. Y ahí se dieron cuenta de que ya no tenía lombrices, y que para solucionar el problema tenían que aumentar las lombrices artificialmente. Lo que pasa es que prácticamente todas las especies están interrelacionadas y tienen alguna función. Y en Chile no sabemos lo que pasa con la mayoría de nuestras especies.

Grandes proyectos de inversión, como Pangue y Ralco, ¿afectan o no la biodiversidad de las zonas donde se ejecutan?
        A ver...Pangue afectó quinientas hectáreas, y quinientas hectáreas de bosque no atentan contra la biodiversidad. En cambio Ralco compromete unas tres mil hectáreas, y ahí si se podría ver dañada la fauna del rio. Una de las especies más afectadas sería el Pato cortacorrientes, que - como lo dice su nombre - para vivir, necesita aguas torrentosas. Ahora, como Unión de Ornitólogos, lo que más nos preocupa son los salares en el norte, de los cuales se saca agua para la minería y entonces el salar queda seco. Un caso fue el salar de Ascotán, en Copiapó al interior, donde se quería sacar agua, pero un juez estableció que había que devolver una parte del agua. Al lago Chungará también le trataron de sacar agua para riego, pero hubo un juicio y los jueces dijeron que no. Por otra parte, la Unión de Ornitólogos ha intervenido en una planta de celulosa que se quiere instalar en el rio Cruces de Valdivia. Allí hay hasta diez mil Cisnes de cuello negro, y la planta - que sería la fábrica más grande del mundo - la quieren instalar justamente ahí. Y eso va a ocurrir, pues ellos se comprometen a hacer una planta de tratamiento de agua de tal modo que no contamine. Pero el punto es quién asegura que la van a ocupar correctamente. En este momento hay varias plantas de tratamiento de aguas que no la usan porque sale muy caro. Cuando baja el precio de la celulosa empiezan a hacer ahorros, y el ahorro es no purificar el agua.

¿En qué otros lugares está amenazada la fauna?
        El megaproyecto de Mejillones afecta posiblemente a una especie: el gaviotín. Y en Magallanes hay un oleoducto que está amenazando a unos gansitos, el Canquén de cabeza colorada, que es una especie en vías de extinción de la que no quedan más de cien ejemplares. La razón de ello es compleja, pero el canquén vive justamente en la zona donde están las empresas petroleras. Y ahora quieren hacer un gasoducto justo por el lugar en que nidifican. Lo que se pidió es que esperen a que nidifiquen y que emigren, y que luego lo hagan. Pero ellos no querían esperar. Y ahí entablamos un juicio como Unión de Ornitólogos, el que se suma al que tenemos en Valdivia por lo de la celulosa.

¿Coincides con quienes piensan que en Chile hay un gran desastre ecológico?
        Yo diría, y esa es mi opinión que no todos comparten, que el desastre ecológico se realizó hace muchos años atrás. Tal vez cuatrocientos años atrás, cuando para criar vacunos y sembrar trigo se quemaron veinte millones de hectáreas de la zona central y seis millones en el extremo sur. Entonces quemaron, quemaron y quemaron, y eso fue con el apoyo de todos, incluso del gobierno.

¿Y ahora podemos dormir tranquilos pensando que hay quienes cuidan las especies de nuestro país?
        Definitivamente no. Al menos yo no puedo dormir tranquilo. No importa cuando el daño es reversible, pero sí importa y mucho cuando los daños son irreversibles. Si una especie se extinguió, entonces se extinguió para siempre.